Una cita del Olé.

Como siempre después del partido, lo primero que hago al otro día es encontrar la columna de Leo Farinella en el Olé. Y la verdad es que estuvo bárbaro en lo que dijo, se los dejo:

No hay lugar para egoísmos

Somos unos verdes. Quisimos hacer el cuarto gol antes que el segundo, estábamos jugando contra Boca (en la cancha y en las tribunas) cuando el rival era Colón y todo equipo merece respeto. Y también merece respeto el compañero: no importa quién hace el gol, lo que nos hará felices a todos es que la pelotita entre. Me pareció que hubo un poquitito bastante de egoísmo en algunas definiciones, pero es todo hijo de lo mismo: creímos que el partido estaba ganado. Sepan que sobrando no se llega a ningún lado, que lo único que respalda esta campaña de River son los resultados, porque el juego del equipo y la respuesta táctica son de mediocres para abajo.

Entonces, con esa lógica de pensamiento digna de estos tiempos de angustia, si River no gana porque se cancherea alguna contra, o porque se menosprecia a un rival que suma delanteros y se arrima peligrosamente, o porque queremos salir jugando del área en el último minuto y no rechazarla, o porque quedamos enganchados al nadie gritar "salimos" o si alguien grita no le dan bola, bueno, todas esas cosas juntas generan naturalmente decepción, profunda, dolorosa, imposible de maquillar.

Los silbidos de la gente son lógicos. La semana pasada, el gol de Domingo en el descuento nos hizo creer que este equipo tenía mística. Una semana después, nos durmieron con la misma receta y cuando se vuelve de la anestesia pueden decirse las cosas más inconvenientes. ¡Carajo, cómo extraño a Ramón Díaz!

Somos dos, Leo.

Por último, pongo otra cita de Olé, esta vez del Contra (Antonio Serpa). No tiene nada que ver con el fútbol sino con el tenis, pero me estuve riendo 4 minutos 23 segundos por reloj cuando la vi:

GABRIELA, LA VOZ DE LA EXPERIENCIA

El Mago Coria recibió consejos de Sabatini sobre la importancia de la mente. Sí, sí, Gabriela dio consejos sobre mente fría y ganadora. Permiso, muchachos: ja, jaja, jajaja, jajajajajajajaja.

Abrazos, Martín.