River - Boca: La diferencia pasa por la mandíbula.

(¿Y si le ofrecés a Ruggeri que deje de hacer papelones con San Lorenzo y se ponga los cortos, Kaiser?)

Je... sí, no estoy loco en lo que estoy escribiendo, ahora vamos a hablar de la fecha que pasó. Pero antes, como buen hincha de River, quería empezar por un debate pseudo-filosófico respecto de lo que pasó hoy.

Los hinchas de River, al contrario de lo que dice el saber popular, ya nacemos sabiendo algo. Y es que River, desde que tengo uso de razón y de memoria, y salvo un par de excepciones, es un boxeador de mandíbula floja. Es la leyenda que figura, en letra chiquita, en el carnet de socio. Creo que apenas puedo recordar dos equipos con una defensa sólida que tenga presente, y me tengo que remontar al River de Veira en el '86, o al River campeón invicto con Gallego en el '94. Después, el lugar común que siempre se debate es la fragilidad que tiene River para defenderse de los centros. ¿Por qué pasa eso? Quizás sea por genética. Creo que se les cae encima a los centrales por el tema de los centros, cuando en realidad, quizás el problema venga por los laterales, que dejan centrar. Si tanto va el cántaro a la olla, ja... ¿Si está bien o está mal? Ni una cosa ni la otra, es cuestión de gustos. River, por tradición, generalmente contrata marcadores de punta que son más de ir que de volver. Krupoviesa duraría cuatro partidos en River, al segundo partido tiene a toda la San Martín Baja haciendo cola para putearlo.

Pero bueno... como decía, va en cuestión de gustos, y ya los gustos están marcados. Es sabido que el hincha de River no perdona así nomás las "traiciones al estilo". Entonces, si vos sos un boxeador de mandíbula floja, vos tenés que salir a noquear... porque si no noqueás, en cuanto te comés una mano besás las cuerdas o la lona. Y River salió a noquear, claro que sí. A menos de un minuto de juego ya se lo había perdido el Pipita Higuaín al definir sobre un buscapié de Radamel. Y River iba al frente y generaba chances. ¿Colón? Como siempre los equipos de Falcioni, un asco, che. Línea de fondo de 5 tipos, 4 volantes y un punta arriba cantando "Soledad, la de Barracas". Y River probaba de todas las maneras posibles para meterse, ya sea con Fede Domínguez o con Ferrari por las puntas (muy buen laburo de ambos en el primer tiempo, digamos que bien en el balance final), con Belluschi y Ortega por donde fuese, y con Radamel y Gonzalo Higuaín esperando tener alguna para mandar contra los piolines. Y con Tombolini revolcándose como si le hubiesen pagado horas extra. Hasta que lo que no llegó por juego llegó con un centro de Belluschi y un cabezazo de Fede Domínguez. ENTERA JUSTICIA. Y Colón que seguía impávido, como si hubiese partido de vuelta y perder 1-0 no es tanto... salvo que no había revancha en 7 días, y mostrando que a Falcioni ya se le pasó su veranito, con ese tipo de planteos difícilmente llegue a ver una Copa de cerca salvo las que se va a tener que tomar para mamarse y olvidarse de cada vez que lo saquen del fundillo de los lienzos en todos los clubes a los que vaya a mentir. Y pensar que se lo nombró como futuro candidato para Boca...

Empieza el segundo tiempo, y empieza siendo más de lo mismo. River que llegaba y llegaba, Colón aguantando a los ponchazos. Pero claro, cuando Falcioni empieza a leer un poco lo que estaba pasando y se da cuenta de que el partido era empatable porque River estaba haciendo todo lo posible para que se lo empaten, empieza a hacer cambios. Saca un defensor y pone a Enría (OJO, aclaremos que Grabinsky salió lesionado, tampoco es que sea tan arriesgado) y después saca a un volante de marca para poner a Freddy Grisales. Entre ellos y Barrado, y algo de Giovanni Hernández cuando se lo permitía el termostato interno, cambiaron la película. Claro, en River ya el Kaiser también había movido el banco, y no precisamente bien. Afuera Radamel García (que se nota que le falta, pero viene mejorando) y adentro un Farías que está completamente desconocido. Afuera un Ortega punzante, adentro un Gallardo que parece haberse olvidado cómo era esto del fútbol. Y River no fue más, apenas un par de sustitos para Tombolini, que ya estaba a las carcajadas... claro, después de todo lo que le habían tirado jodido en el primer tiempo, estas situaciones de gol apenas si le hacían cosquillas.

Colón se venía arrimando peligrosamente buscando forzar el error de River. Y claro, el error se produjo. Y lo comete Passarella, cuando saca a Higuaín para meter a Zapata. ¿Se acuerdan de lo que decíamos de cómo entró a jugar Colón? 5-4-1, ¿no? Bueno, a eso jugó River al final del partido, ni más ni menos. Y Passarella puede dar todos los argumentos que quiera, que el Pipita estuviese cansado, que no tenía otro delantero en el banco, en fin... excusas puede haber, y hasta casi válidas. Pero ese cambio, en ese momento y bajo esas circunstancias, invitaba a Colón a venirse. Y Colón pegó y nos dejó contra las cuerdas, y decí que los jurados tenían empate en las tarjetas. Ojo, si bien es sabido que Passarella no es precisamente santo de mi devoción, se le reconoce que bajo su dirección técnica el equipo empezó mirando al arco con una intención muchísimo más saludable que con los tres técnicos anteriores (con Merlo porque miraba al propio, y con Astrada y Pellegrini, porque no jugaban a nada). Pero a veces también es bueno alinear el discurso con los hechos, y no es precisamente la manera haciendo cambios de tipo "corredor por jugador". Y el empate terminó siendo justo.

En similares circunstancias, y es más, hasta con un dominio muy marcado de Chicago en el segundo tiempo, Boca rescató los tres puntos de visitante y en Mataderos y está arriba solo. River solo uno, de local y con un equipo que viene teniendo una racha nefasta. ¿La diferencia? Solo una cuestión de mandíbula.

EL ROJO: DE EQUIPO DE LOS SUEÑOS A PESADILLA

Bueno, el Independiente de Burruchaga sigue sin levantar cabeza. Ahora lo atendió Estudiantes (equipo que había arrancado como para pelear arriba y después lo bajaron Belgrano y Boca) y está bastante lejos de verse en la pelea. El problema pasa por lo futbolístico, obviamente, porque si bien tiene buenos jugadores, está sufriendo la soledad (y la baja temperatura) del Rolfi Montenegro, que hasta ahora se había prendido en la pelea con unos cuantos goles, la mayoría de penal, pero que viene repitiendo la costumbre que le veíamos en River: cuando hay rival chivo, mejor buscate a otro que desnivele. ¿Se habrá acabado la ilusión para Burruchaga, que arrancó como para comerse a los chicos crudos y se quedó justamente en eso?

SAN LORENZO: ¿Y SI PROBÁS IR AL FRENTE?

Ruggeri, habiéndole tomado el gustito a la maraña defensiva que le encajó a Independiente, salió creyéndose esa de que todos los días es carnaval. Pero como suele pasar con los técnicos que montan sus estructuras primero mirando el arco propio, después el propio, después el propio y despuéeeeeeees, si podemos y casi de reojo, el rival, se quedó sin nada. El Lanús de Cabrero, que ahora parece haber recuperado algo de salud después de un principio no muy bueno, le ganó de penal... pero también le ganó en la cancha. Y me encanta. Francamente, los técnicos ultra defensivos me tienen podrido.

RACING: HABLANDO DE ULTRA DEFENSIVOS

Racing asomó un poco la cabeza y volvió a ganar después de dos derrotas al hilo y después de que la gente de Racing misma se entró a avivar de que Merlo (dicho esto con todo lo que lo quiero por lo que nos dio con la banda roja puesta), muy lejos de ser carne de estatua, es un técnico ultra defensivo, timorato, temeroso y testarudo. Hoy salió con el mismo planteo de siempre, un solo delantero, dos media punta y el resto a morder, y Sava al banco, por decir a la prensa lo que cualquier pelotudo con dos dedos de frente ve... que Racing juega a colgarse del travesaño, y que eso no favorece el juego de los delanteros. Obvio... si la pelota la viven teniendo los defensores. Y Sava, obviamente, tiene razón, porque si después él no rinde como consecuencia del esquema, al que mayoritariamente putean los hinchas va a ser a él, máxime teniendo en cuenta que al otro que pueden putear es la persona que los sacó campeones después de dos generaciones de ver campeonatos de los demás, y con todas las finales rojas en la Libertadores habidas y por haber. Lo estaba viendo y lo apagué, francamente, Racing es un dolor de ojos, y ya bastante tengo con los dolores de ojos que me trae River para encima bancarme los ajenos. Sé que ganó con un gol en contra sobre la hora mientras jugaba contra el peor equipo del campeonato. Creo que esto lo dice todo, amigos de Racing... no se ilusionen con este equipo, van a tener que esperar a tener un par de jugadores más de calidad... y otro técnico. Porque los milagros se dan muy de vez en cuando, y Racing, en esos 35 años sin campeonato, tuvo varios equipos que se merecieron muchísimo más salir campeones que ese Racing de Mostaza.

Abrazos, Martín.