RIVER: A cuidar la vela que la procesión es larga.

(La figura junto con Lussenhoff fue el Pipita - Foto diario Olé)

LANÚS 0 - RIVER 2

Y acá estamos para seguir hablando de River, je. La verdad es que este River ilusionaba desde los nombres, y hoy terminó ganando realmente bien. No fue un partido brillante, guarda, todavía falta que ensamblen un poquito, pero lo que se vio me gustó. Hubo intención de respetar el juego, de jugar por abajo, de abrir la cancha y todo eso que demanda River, pero además hubo una saludable mejoría por el lado defensivo, sobre todo hablando de los dos centrales. Está bien, la defensa anterior, salvo ciertas catástrofes como contra Libertad, no era decididamente mala... pero acá me parece que se vio una cosa distinta, tanto Lussenhoff como Nasuti demostraron seguridad (un poco más el primero que el segundo), y salvo alguna que otra llegada aislada, River no pasó zozobras abajo.

El medio no terminó de engranar. Puesto Gallardo en esa posición a media agua entre un volante tapón y un enganche, la pura verdad es que tuvo un primer tiempo francamente malo. Y que en el segundo tiempo levantó un poco. Méndez, decididamente, no me gustó. Belluschi fue demasiado intermitente, y en sus intermitencias anduvo más tiempo con las luces apagadas que prendidas. Solo Sambueza generaba peligro, con intermitencias pero más desequilibrante que todo el resto. Farías e Higuaín apagados... en fin, el primer tiempo fue más una sensación de que River era superior, de que realmente lo fuese.

En el segundo cambió mucho la cosa, porque ya de entrada y en dos minutos, River encajó dos goles, ambos obra y arte del Pipita Higuaín. En el primero, entró gambeteando por la derecha, llevándose la bocha con más guapeza que habilidad, y poniendo un centro atrás para que uno de Lanús se la lleve puesta y la pelota caiga llovida y mansita, picando detrás de la línea de gol, cosa que se vio clarito en la repetición. En el segundo, gran toque de Gallardo a Belluschi, excelente pase en cortada de Belluschi parado de enganche para Higuaín, que entra por la izquierda y define con zurda a la ratonera cuando salía Bossio. Y listo, se acabó Lanús, que iba e iba pero sin el más mínimo indicio de claridad, y chocaba, cuando no con Lussenhoff, con Nasuti, cuando no con Ferrari que estuvo bastante colaborador, y cuando no con Domínguez, que hizo un buen trabajo de corte... lástima que después la revoleaba a la mierda con total mal gusto.

Treinta minutos de Ortega y Zapata en cancha por Higuaín, que fue figura, y por Sambueza, que en el segundo tiempo les tomaba la patente a todos los de Lanús que jugasen por la derecha. Y lo del Burrito dio para ilusionarse. Los enganches, los quiebres de cintura de siempre, y una definición girando el pie derecho y poniéndole la cara interna a la pelota ante una muy buena habilitación de Zapata, que terminó pegando en el palo y saliendo. Si entraba esa pelota se cerraba la cancha, directamente. Es muy pronto para juzgarlo a Ortega, sobre todo porque entró con un marcador muy favorable y con muchos más espacios para mostrarse... pero realmente anduvo bien.

En fin, primera prueba superada... pero como dice el título, no gastemos a cuenta. A cuidar la vela que la procesión es larga.

PUNTAJES

Lux (7): Tuvo una chambonada en el primer tiempo, dejando una pelota mansa para un delantero de Lanús, en la que realmente no sé qué quiso hacer. Claro que después tapó pelotas decisivas, como un par de remates furiosos que embolsó sin dar rebote, o bien la tapada del final tirándole el manotazo a una pelota que terminó pegando en el palo.

Ferrari (6): Fue bastante prolijo por su punta, y se mandó con criterio. Claro que cuesta volver a veces, je... pero anduvo bien.
Nasuti (6): Bien por el Tanito, la verdad es que dio otra imagen de solidez. Cada vez resulta más difícil pensar en que vuelva Cáceres, y Nasuti dio el presente. Se excedió en los pelotazos, pero generó alguna contra también.
Lussenhoff (8): Un debut soñado del Colorado. Realmente, ganó todo y a todos. Cometió varias faltas, es verdad, pero daba la sensación de que era impasable. Y hasta se animó a salir gambeteando, je.
Domínguez (5): ¿Por qué siempre embarra el buen trabajo defensivo que hace con esa manía que tiene de "mí revolear balón" (léase con voz de indio)?

Belluschi (5): Alternó buenas con malas. Mostró buenas cositas (entre ellas el pase a Higuaín en el segundo gol) pero mezcladas con cosas que daban para el fastidio. Hay que ver cómo sigue la cosa.
Gallardo (4): En este puesto, la verdad es que no rindió, por lo menos en mi opinión. Fue muuuuy flojo lo de Gallardo, y se fue reemplazado por Lima a 10 del final, en lo que parece casi una declaración de que River piensa mantener el doble cinco no más.
Méndez (4): La rifó demasiado. Es verdad, después se mataba corriendo para atrás para emparchar su error, y también es cierto que dio muestras de no ser un negado con la pelota... pero le va a costar adaptarse a este esquema.
Sambueza (6): Fue lo mejor de este primer tiempo de River. Después decayó mucho, dio la impresión de que ya no tenía más aire, y se fue reemplazado por Zapata.

Higuaín (8): Después de estar muy inactivo en el primer tiempo, dos apariciones suyas liquidaron el partido. Casi podríamos decir que Lussenhoff hizo que no lo perdiéramos, y que Higuaín hizo que lo ganáramos.
Farías (5): No gravitó para nada, apenas si tuvo una que cuchareó en el área, y en la que me dio la impresión que le hacen penal. Después, laburó en equipo, pivoteó, bajó a marcar y transpiró como siempre, pero en el área no estuvo.

SUPLENTES
Ortega (6): Un regreso altamente esperado. Y Ortega no defraudó. Se nota que no tiene la velocidad de antes, pero la cintura sigue intacta. Casi hace un golazo.
Zapata (6): Jugó bien. Entró para frenar los ataques de Lanús por su banda, los frenó y además intervino arriba. Aprobado.
Lima (-): Apenas 10 minutos en cancha, una jugada en la cual se vistió de Redondo para salir entre dos jugadores de Lanús al borde del área y entregársela mansita a Domínguez... lástima que nadie le avisó a Domínguez para que se vista de Roberto Carlos y la terminó a lo Domínguez, no más.

Abrazos, Martín.